Los chinos se quedan con los bares de Barcelona

Leía esta mañana un artículo que me ha hecho pensar mientras tomaba el café infecto en un bar de chinos, cafecito  que curiosamente, tiene casi el mismo precio que el  paquete de exquisito café arábigo de Etiopía marca Auchan de Alcampo que suelo comprar para mi casa por poco más de 2 euros, sensacional descubrimiento. Soy tonto por gastar más por menos, lo sé,  pero es que me pilla el arrebato cafetero y no puedo reprimirme.
Pues bien allí estaba esta mañana en un bar muy kitsch de esos con máquinas tragaperras de fondo parpadeando, las matronas de la televisión matinal asomando por la caja tonta, olor a refrito de aceite, dos garrulos estrella damm en mano abstraídos en la barra murmurando no se qué del madrid y dos niños chinitos de no más de dos años correteando entre mesas y cajas.
Hago un inciso, en Barcelona todos los bares de barrio han sido traspasados a chinos mediante una formula no probada pero si rumoreada que consistiría en organizaciones que se quedan con el negocio de las máquinas tragaperras, pagan el traspaso con dinero sucio,  blanquean dinero negro gracias a la permisividad fiscal que existe con la hostelería, y ponen a unos desgraciados acabados de llegar a trabajar 16 horas al día a cambio de un contrato que le permite el trabajo en el bar y regularizar su situación con objetivo de una reagrupación familiar en tres años.

Los chinos se están quedando con todos los bares de Barcelona

Un dueño de un bar de la Diagonal me comentó que cada día le vienen chinos ofreciéndole hasta 170 mil euros en billetes grandes y en efectivo por el traspaso. Antes en la jerga popular decir vamos a un chino era ir a un restaurante chino; observo que ahora cuando se dice tomamos algo en un chino se están refiriendo al antiguo bar de la esquina del barrio. No cambian nada, ni el nombre, ni la decoración, ni las tapas, ni el menú. Me comentaron que en un bar de toda la vida tenían un loro que era una institución; pues en el traspaso se quedaron hasta con el loro. Se trata de no llamar la atención, de no provocar el rechazo.

Es evidente que lo que antes era inmigración ahora es invasión en la ciudad prostituta http://traigamelacuenta.blogspot.com.es/2012/06/barcelona-ciudad-prostituida-por-el.html

Y lo mismo podría decir de las mafias pakis o de las mafias rusas estas a una escala más ambiciosa.

A lo que iba. Esta mañana en el bar leía una noticia que me ha hecho meditar: en Estados Unidos existe un número creciente de médicos eminentes que rechazan prolongar su vida cuando caen enfermos. Prefieren seguir viviendo su enfermedad sin aplicar los últimos avances en medicina que les acarreará más dolor y sufrimiento a cambio de una prolongación de meses, o en el mejor de los casos, de algunos años más de vida.
El artículo reseñaba  el caso de un enfermo de cáncer de páncreas que vivió un año más a cambio de recibir un tratamiento de medio millón de dólares contrapuesto al de un eminente médico que con la misma enfermedad vivió ocho meses. La diferencia es que el médico decidió pasar sus últimos meses viviendo a todo tren y disfrutando de la vida con familiares y amigos sin pasar por un solo hospital, ni sufrir un pinchazo, ni un tubo. Se aplicó únicamente calmantes para reducir el dolor a 20 dólares la caja.

Dos ejemplos que me han hecho meditar sobre muchas cosas de la vida. De momento intentaré no gastar más en cafés caros y malos fuera de casa, bueno es empezar por algo modesto.

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